¿Cómo os va el veranito? A mí demasiado bien... La verdad es que tan bien que da miedo. ¡Años hacía que no me sentía tan relajada!. He terraceado, salido hasta horas intempestivas, leído (lo que he querido y más), visto series y pelis -inciso rápido para recomendaros: modern family (serie) y 'Hotarubi no mori e', 'La teoría del todo', 'Insidious 1 y 2', 'Black mirror - White Christmas' y '10.000 km' (pelis)- , piscineado, tapeado, jugado, engordado (fuck), etc, etc. Sólo me ha faltado beber leche de coco con pajita (y en algún lugar tropical) y broncearme a lomos de un escandaloso yate, pero vamos, que para lo que son mis posibilidades (más bien modestas... tirando a irrisorias) no me puedo quejar.
Aunque aún me queda algún fin de semana playero, lo cierto es que septiembre se presenta a la vuelta de la esquina y con él lo que es para mí: la gran incertidumbre vital (chan chan cháaaan). Básicamente no sé que va a ser de mi vida (una vez más). Antes tenía una linde a seguir relativamente bien definida, pero ahora vuelvo a situarme frente a un campo abierto. Vivimos en una época de incertidumbres e inestabilidades, así que levanto la manita como una pringada afectada más: hi.
Por otra parte, el noveno mes de este año también está marcado con la llegada de mi vigésimo quinto cumpleaños, es decir, el cuarto de siglo a la chepa a las espaldas. Me haré mayor, el ser adulto y respetado que... blablabla, ¿a quién le interesa esto? ¡Vayamos a lo importante! Porque ya he medio-pensado en mi wishlist de cumpleaños que, aunque no es para nada definitiva, ahí está, rondándome la chilostra. Así que, hágase la luz:
Cada año (más o menos) suelo gastar un bolso básico, discreto y negro. Bien, pues éste ya he caído totalmente in love. ¿La culpa? Zara web. Es el que veis ahí arriba y lo que tiene de cuqui lo tiene de caro si tenemos en cuenta el material, pero me gusta demasiado y no sé si voy a ser capaz de dejarlo escapar (más bien no).
Otra cosa que lleva atrayéndome eones (pero eones) son las famosas botas Dr. Martens. Me gusta negras y acharoladas. Tienen pinta de confortables y cómodas para caminar. Y aunque me molan, lo cierto es que hay varias cuestiones que me inquietan: ¿Me quedarán bien? ¿Me resultarán un soberano coñazo a la hora de calzármelas? Si las cojo de charol, ¿se me cascarán en un abrir y cerrar de ojos? ¿Pesarán más de lo que aparentan? ¿¿¿Me ayudáis???
Por último, tengo ganas de una falda denim retro de botones. Aunque ya empiezan a estar más vistas que el tebeo y que probablemente cuando pase a un vestidor con una de ellas no me vea nada favorecida (debido a su forma de campana), en mi mente está. Dicen que la esperanza es lo último que se pierde, así que iré probando.
muaks