A escasos días del bombardeo de exámenes tan temido por nosotros los universitarios empiezo a sentirme agobiadilla. Además de la clásica mezcla de abatimiento, algo de frustración, cansancio e incluso ligeros toques de irascibilidad. La verdad es que llevo unos días en los que me enciendo con poco, y es cierto que me tiene que bajar la regla en cero coma (detesto esta expresión, por alguna razón me da como repelús, ¿por qué me empeño en usarla también?), pero siendo sincera tiendo a pensar que las circunstancias me lo ponen bastante a huevo.
Así que por todo esto he creado mi propio manual de autoayuda en caso de emergencia (esta situación horripilanete pre-exámenes lo vale) para no acabar tirándome de los pelos. Un ejemplo bien podría ser:
Cada vez que alguien me hable de temas relacionados con el estudio o los trabajos en tiempo sagrado de descanso ignoraré el tema descaradamente (o a la persona si llegar a ponerse especialmente pesada) por completo. Esta regla se cumplirá sobre todo a partir de las 22:30 - 23:00, porque considero que bastante tiempo antes de esa hora hay para el tema. Supongo que me gusta acostarme con otras cosas en la cabeza, me siento más tranquila.
Así que por todo esto he creado mi propio manual de autoayuda en caso de emergencia (esta situación horripilanete pre-exámenes lo vale) para no acabar tirándome de los pelos. Un ejemplo bien podría ser:
Cada vez que alguien me hable de temas relacionados con el estudio o los trabajos en tiempo sagrado de descanso ignoraré el tema descaradamente (o a la persona si llegar a ponerse especialmente pesada) por completo. Esta regla se cumplirá sobre todo a partir de las 22:30 - 23:00, porque considero que bastante tiempo antes de esa hora hay para el tema. Supongo que me gusta acostarme con otras cosas en la cabeza, me siento más tranquila.
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