4.30.2012

Náufragos


Nosotros no somos más que náufragos
que buscan su lugar.
Flotando en la dirección del viento
y quemados por el sol.
Nosotros no somos más que islas
rodeadas por el mar.
Perdiendo la percepción del tiempo
que llevamos sin timón.

Nosotros no somos más que células
unidas por azar.
Que luchan por escapar  y vuelven
otra vez a su lugar.
Nosotros, no somos como las
manecillas del reloj.

Porque no podemos cambiar de tiempo
ni de lugar.
Porque lucharemos hasta que nos
llegue el final.

Nosotros, no somos como las
manecillas del reloj.
Porque no podemos cambiar de tiempo
ni de lugar.
Porque lucharemos hasta que nos
llegue el final.
Y si no podemos cambiar el mundo
y si no podemos seguir así.
Sólo somos náufragos esperando
a hacer el fin.



4.13.2012

Hola, ¿intimidad?

Últimamente cada vez que me conecto a una red social, me da la sensación de que muchos usuarios que hacen uso de ellas publican sin ningún tipo de pudor todo aquello que tienen en mente. Lo que piensan, lo que hacen o dejan de hacer, lo que tienen pensado hacer, dónde están, lo que consumen etc. Es probable que en alguna  ocasión -Sí, sí, ya, ya... "alguna", dice....- yo misma haya caído en este saco, pero por norma, el caso es que procuro no hacerlo... Más bien, me obligo a no caer en ello. Es como una  "meta".

Me pregunto, ¿y al resto de mortales no os desquicia este hecho? Porque a mí sinceramente sí. Igual es que soy un poco reacia, por decirlo de alguna forma, a esta nueva forma de comunicación modernnna -véase el sarcasmo-, o lo que sea,  pero es que no logro verle el beneficio a que la gente destripe su intimidad ante una audiencia sobre la que, en innumerables ocasiones, no se tiene control. Ya sabéis, detrás de cada pantalla se puede encontrar una fauna de lo más pintoresca y variada... Y a poco avispado que se sea -medio oligofrénicos a parte, me encanta esa palabra-,  me voy a tomar la licencia de afirmar que lo natural es que eso no dé del todo igual, sobre todo por el tema de que puede dar cabida a ciertos riesgos, como viene a ser lo más lógico.

De lo que vengo a quejarme un poco, es que a veces tengo la sensación de que el grado en el que se pretende llamar la atención es excesivo, porque he llegado a leer cada cosa que una ya no sabe si echarse las manos a la cabeza, reír o llorar. También tengo la teoría, de que a priori hemos descubierto que en 140 caracteres podemos ir constatando de forma indirecta la creencia de lo diferentes y especiales que somos y nos sentimos todos en el fondo -y ya si encima nos aplauden/tenemos respuesta/nos siguen el juego nos morimos de placer-. Por lo que parece que marcar nuestro pequeño territorio con ápices de personalidad nos agrada y mucho, quizá por el hecho de que nos posiciona de una forma u otra ante los demás y tal... Pero no sé, a mí me gustaba más cuando las personas se tomaban la molestia de esconder un poco de sí mismas.