Bola de discoteca

El rollo discotequeo empieza a aburrirme. Un día está bien, otro y quizá otro. Más ya… empieza a cansar. ¿Por qué? Simple, es algo muy monótono, la música te deja sordo (de su calidad ni hablo), esos focos de “blanco-apagón-blanco-apagón” te dejan así como cegato, cuando estás parado puede parecer hasta divertido y muchos estamos de acuerdo en que crean una especie de efecto fotográfico que mola, pero que para andar y no acabar con los dientes repartidos por toda la pista es, lo que se dice, molesto.

Pero, cuidado, la cosa no acaba aquí, en la discoteca te encuentras a una subespecie abundante en su género, son los “baboso-salido-pesados”. Vamos a ver, que me parece genial que si a uno le mola una tía se acerque a ella y por ejemplo intente invitarla o simplemente intente entrar en conversación… pero si ves que ella te hace el vacío, chaval, déjalo, no hay nada que hacer…¿darse cuenta es tan difícil? Parece que sí. También están las féminas de la misma especie, por supuesto, pero creo que no llegan a ser tan agresivas.

A la próxima me voy al cine, hala. Seguro que ver a Will Smith de superhéroe patoso no tiene desperdicio.