11.30.2011

Ejemplo práctico de desesperación

Las clases de psicología de la personalidad son un rollazo. Además, el problema ya no es que no consigamos oír al profesor -como pensábamos que ocurría al principio de los tiempos-. El problema real está en que... ¡En que NO vo-ca-li-za! Si es que ni siquiera desde la primera fila logramos descifrar lo que nos cuenta :-( 




3 comentarios:

Anónimo dijo...

Uyyy Irisë, cómo te entiendo, en la uni (cuando estudiaba) tenía un profesor que le daba la clase a la pizarra y con una voz de verdad indescifrable, es el día de hoy que doy gracias por los libros, porque por ellos lograba medio entender lo que el hombre decía...
En cuanto a tu comentario, pues si, tengo otro blog, añadí enlace en el mío, se llama, Poesía Incierta, pero no, no tiene nada que ver con el de Bitácora Simple!!!
Besitos,
desde las alturas
Por cierto, el vídeo de tu entrada anterior, ME ENCANTA...

en las nubes dijo...

Yo tenía uno que no para de echar ñapazos y teníamos que esquivarlos jajaja asquiiiiillo!!!

Ánimo!!!

Cristina dijo...

y si se lo decís qué pasa?yo a uno le dije que sus clases eran aburridisimas y no pasó nada..la aprobé y el intentó dinamizar aunque al ppio se ve que no le hizo gracia...