Imaginad, si la gente que es altamente sensible me da un poco de yuyu (...), qué no me 'darán' los tipos que lo son in extremis (y ya se sabe lo que ocurre con los extremis). Y por 'tipos' me refiero a hombres hechos y derechos de pelo en pesho. O lo que es lo mismo, machos bien forjados, vaya.
Pues bien, son mi anti-morbo total, ocurre que sencillamente no los soporto. Y yo creo que los hay que son tan sumamente sentidos que llegarían a negarle el saludo a cualquiera por un simple pedo... Oui, c'est un authentique horreur, cada vez llevo peor a la gente sin humor, sin esa genuina capacidad para reírse de sí misma -o del mundo del que forman parte-. Si es que, tomarse todo tan a la tremenda y estar a la defensiva casi 24h al día es muuu'maaalo, y ya no por uno mismo exclusivamente, sino porque es probable que nunca llegues a conseguir que los que estén a tu alrededor estén tranquilos teniéndote cerca con esa actitud de nenaza memo-histérico sistemático (...). Pero nada, oye, ellos no se darán cuenta, a lo sumo, el día que se vean un pelín solos (porque ya no habrá dios que los aguante) achacarán a lo mala-malísima que es la gente y poco más.
Así que, moraleja: el hombre altamente sensible también es tóxico.
Nota mental: rehuye del hombre altamente sensible en cuanto lo identifiques.
p.d.: No me inspiré en nadie en particular, la idea surgió de una conversación radom. Luego, no es un texto indirecto, luego, si alguien se llegara a dar por aludido sería su problema -y supongo que podrá empezar a replantearse si está dentro o no del grupo 'hombres altamente sensibles'-.
1 comentario:
Si, demasiada sensibilidad tampoco es buena! besos
Publicar un comentario