¿Te ha gustado Praga?

Tomad aire porque puede que me enrolle más de lo normal...

Pues mira, sí, es una ciudad bastante bonita y merece la pena conocerla, la verdá, pero jamás en mi vida había pasado tantísimo calor en unas vacaciones :S Pufffffff, en serio, horripile, eso sí que era la muerte. En el hotel no teníamos aire acondicionado, en los bares/cafeterías/supermercados/restaurantes no tenían aire acondicionado, ¡en los Skoda Superb no tenían aire acondicionado! Bueno, creo que ya ha quedado claro que con el tiempo no hemos tenido mucha suerte, acababa de empezar el verdadero verano allí y encima había muchísima humedad = bochorno al canto.

Volviendo al tema de la ciudad, decir que las avenidas y edificios son para quedarte con la boca abierta. A mí personalmente es lo que más me impresionó, eso de ver tanto edificio exuberante y magnífico junto, pues oye, sorprende. Unas fachadas super coloridas, elaboradas y resultonas (fotos abajo). ¿Su gente? Pues de todo un poco, como en todos lados, eso si, muchos rubios y muchas rubias de ojos claros y piel nívea. Envidio esas pieles, es lo que tiene un invierno tan largo y frío... De la comida no puedo hablar mucho, pero mi impresión es la de 'mucha chicha'. En los supermercados sobre todo es baratísima en comparación a lo que pagamos por los alimentos aquí. Te puedes comer un señor bocadillo por menos de un euro, verdad verdadera ;-) Y al que le guste la cerveza, pues menuda perdición jajaja

El casco antiguo me encantó, es una maravilla -un must como una casa, vamos-. Estaba todo repleto de tiendas de souvenirs, destacando las matriuskas -ya se sabe, el influjo ruso-, las joyerías clásicas del granate checo engarzado en oro o plata -que había muchísimas, y me ponían los dientes largos. Muy largos-, las tiendas de cristal de bohemia y swarovski -al llegar a España me he tenido que limar los dientes de la longitud que alcanzaron- y también muchas tiendas de marionetas hechas a mano muy chulas.

Disfruté del barrio judío, de su Charles Bridge, de la preciosa plaza de Wenceslao y hasta de su Milla Verde -una personita que yo me sé se hubiera desmallado viendo bolsos de Louis Vuitton, aunque no era más barato que aquí en Madrid-, tristemente no puedo decir lo mismo de un mini viaje en barco que decidimos hacer -y en qué hora- por el río Moldava. Me sentí timada, yo esperaba algo como el viaje por los canales de Amsterdam o Paris, pero nada de eso, fue lentísimo, muy soso y un gasto de dinero insulso. No lo recomiendo.

Al final no me acerqué a Karlovy Vary, una pena, yo tenía ganas, pero estaba a tomar por culo muy lejos en tren. Y ahora que hablo de transportes... otra cosa positiva también es que el transporte público es bastante más barato que aquí. No me extraña que no viésemos muchos coches, supongo que habrá gente que ni tenga -y los que veía todos prácticamente Scodas Superb, como mi adorado coche familiar-.

Uhmmm... Qué más, qué más... ¡Ah, sí! Demasiada gente, si le sumas el calor y la cantidad de personas por metro cuadrado un agobio total, qué masificación por favor, sobre todo por el Charles Bridge -el puente de Carlos- y le faltaba algo de verde, en mi opinión. Eché en falta más arboles por las calles, aunque parques hay un montón, eso sí. El mundo debe haberse vuelto loco por conocer Praga, si no, no me lo explico...

Y en las calles sonidos de violín, por aquello de ser una ciudad muy bohemia y tal jajaja

Al final me he enrollado más de lo que quería...
Mañana subiré más fotos, hoy me va lentísimo no sé por qué #LlamaréaIkerJimenezunavezmás.